El “biscotto” ya no es solo cosa de Italia. Ese “pasteleo” que el dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba está manteniendo con el PP a propósito de los recortes, Bankia, etc… y que está siendo alentado por el Grupo Prisa después de que se consumase la “operación rescate” por la gran banca española y Telefónica, ya está provocando irritación en el PSOE. Un diputado socialista balear ha llegado a pedir trasparencia y austeridad a la Corona mientras que otros reclaman una oposición “a lo Syriza”, partido griego de izquierda que quedó en segunda posición y que fagocitó ¾ partes del voto socialista del PASOK. Y es que los sondeos predicen hoy un retroceso del PP, que será creciente a lo largo de la legislatura por sus recortes, pero que no es recogido por el PSOE, que también baja.
No ha sido el único: “La complacencia de Rubalcaba con el Gobierno dispara el descontento en el PSOE” titula el periodista Federico Castaño en el digital Vozpopuli.com: “Un “tapón”. Así definen a Rubalcaba muchos de los diputados que le apoyaron en el Congreso de Sevilla. Las encuestas más recientes reflejan que el desgaste del PP no está siendo rentabilizado por el PSOE y esta evidencia siembra de impaciencia las filas socialistas”, dice Castaño, que añade: “Es en la demoscopia donde algunos diputados que apoyaron a Rubalcaba en el 38º Congreso observan el “tapón” que ejerce el actual secretario general. “Si ahora cambiara de discurso y ejerciera un papel similar al que representa Syriza en Grecia, no sería creíble. Y si continua como hasta ahora, no hay forma de remontar en los sondeos”, comentan estos parlamentarios.
Por eso ha sido el diputado balear del PSOE Pablo Martín Peré quien ha llamado tímidamente a su partido a reflexionar sobre la posición que mantiene en torno a la Corona y a la figura de Juan Carlos y ha abogado, en concreto, por que la Casa del Rey no sólo acometa «sacrificios» en plena crisis económica, sino que ponga fin a la opacidad que existe en torno al Monarca. Es decir, ha resumido, que tanto él como su Familia se sometan «a ciertas reglas del juego», según informa la agencia Europa Press. Un síntoma de que la Monarquía de la Partidocracia, según la define el abogado Antonio García Trevijano, comienza a erosionar a los socialistas por su complicidad con la corrupción moral y de finanzas que emana de ella.
Martín Peré ha reflexionado sobre la «extraña» situación en la que, en su opinión, se encuentra el PSOE y aunque ha dicho entender la necesidad de actuar con «prudencia» cuando suceden acontecimientos como el de la cacería en Botsuana, sí ha defendido que ha llegado el momento de «zafarse» del «falso axioma» según el cual «no se pueden formular ciertas cuestiones por temor a desequilibrar la institución y, con ello, el país».
«No creo que recordar al Rey la bondad de una mayor transparencia en su Casa y de sus actividades o, por ejemplo, que el presupuesto previsto para los siguientes ejercicios se vea sometido a los mismos recortes proporcionales que el resto de instituciones, suponga alentar el advenimiento de la III República. Más bien la opacidad que orbita en torno a su figura y la de su familia están generando el efecto contrario». No es mucho lo que dice, pero al menos en el ámbito del socialismo es el primero.
Algo está viendo el PSOE porque Martín Pere detecta que la ciudadanía comprendería «perfectamente» que se actuara «con menor indulgencia» en referencia a las actividades de Juan Carlos de Borbón y su familia y que se le reclamara «mayores sacrificios». Por ello es necesario que el PSOE trate «sin rubor» determinadas posiciones políticas para adecuarlas «a lo que demandan los tiempos actuales». «Convendría actualizarnos», ha llegado a decir Martín Peré, para añadir que «una cosa es pedir un cambio de régimen político y otra muy distinta que la Monarquía y la figura del Rey deban someterse a ciertas reglas del juego, sin que por ello deba considerarse al partido como radical o extremista por sus exposiciones». Y es que, a su juicio, continuar aceptando «el chantaje ideológico» que predican algunos partidos sobre este asunto, puede llegar a provocar que la crítica hacia la institución monárquica acaba recibiéndola el propio partido.
